UN PENDIENTE QUEDA EN MI MANO

UN PENDIENTE QUEDA EN MI MANO

Todo el tiempo escuché
Su voz susurrante
Pero no se mezclaba
Con mis suspiros
Porque tocaron mis orejas
Los llevé con cautela.
Una vez cambiaron de color
Por la excitación

Uno de ellos desapareció en el mar
Pero el otro permanece en mi mano
Como recuerdo de un pendiente con perla
Que debí perder alguna noche.
TAEKO UEMURA, Japón

Traducción Mariko Sumikura – Germain Droogenbroodt –

Rafael Carcelén

***
De “Duet of Mirrors”
JUNPA, Kyoto